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El mes de agosto está marcado por esta celebración, fundamentalmente entre ellos, los más chicos de la casa, que vienen de julio y sus vacaciones de invierno y metidos en el octavo mes del año, ya agendan ese domingo tan especial.
El cambio de denominación se implementó en 2020 como una iniciativa que pretende abandonar el androcentrismo (tendencia a considerar al hombre como centro o protagonista de la historia y la civilización humana en detrimento de las mujeres, cuya importancia se rebaja o no se tiene en consideración).
Detrás de este cambio de denominación está la intención de hacer la fecha más inclusiva: la idea es celebrar la diversidad de toda la niñez. Decir niño no alcanza para representar las experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez. Desde entonces, al menos en la comunicación oficial, el Día del Niño adoptó esta nueva denominación, que amplía la misión original de la jornada: celebrar a los más pequeños de la familia con una fecha en su honor.
En la Argentina, el origen de la celebración se remonta a 1958, cuando se estableció que la fecha se ubique en el calendario el primer domingo de agosto. Tras ello, en 2003, por iniciativa de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, se pasó al segundo domingo del mes; y finalmente, en 2013, se trasladó al tercero. En consecuencia, el Día de las Infancias este año será el 21 de agosto.
Otros países del mundo
En 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió el 20 de noviembre para celebrar el Día Mundial de las Infancias, en homenaje a la fecha en la que el mismo organismo aprobó la Declaración de los Derechos del Niño.
Pese a esto, muchos países como Francia, Nicaragua, Polonia y China, festejan este día el 1 de junio, tal como fue establecido en 1925 por la Conferencia Mundial sobre Bienestar Infantil reunida en Ginebra, Suiza.
En países vecinos como Brasil, se festeja el 12 de octubre, en una tradición que se impone desde el año 1924.