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El 29 de octubre se celebra a nivel planetario el Día Mundial del ACV, por eso queremos aprovechar esta fecha para informar acerca de esta grave patología que es una amenaza para nuestras vidas y calidad de vida.
Hablamos con representantes de la Cátedra de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Nacional de Clínicas y Hospital San Roque, la Sociedad de Radiología y Diagnósticos por Imagen de la Provincia y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Médicas.
¿Qué es el ACV?
El ataque cerebro vascular, se le dejó de llamar accidente porque es prevenible, por eso también en los hospitales, no se le dice accidente sino colisión.
En el caso del ACV, se refiere a un síntoma neurológico de inicio súbito que puede estar caracterizado por debilidad de miembros o de la cara o cefalea muy intensa, o también pérdida de dicción, vértigo y mareos.
¿Hay formas de clasificarlos?
Un ACV se puede definir como isquémico o hemorrágico, el primero de estos se produce cuando se tapa una arteria, mientras que el hemorrágico es cuando se produce un sangrado dentro del cerebro.
La diferencia radica en que el isquémico si se lo diagnostica dentro de las primeras 6 horas tiene terapéutica probable, mientras que el hemorrágico no tiene terapéutica clara, sino más controlar las complicaciones.
Hoy que tanto se habla de prevención en medicina; ¿hay forma de prevenir un ACV?
Los factores de riesgo tienen que ver con el estilo de vida o de alteraciones de laboratorio del paciente que pueden ser modificables para disminuir un ACV, ejemplo el stress, el sedentarismo. Hipertensión arterial, colesterol, etc. como factores más importantes.
El momento del país es complicado; ¿puede traer aparejado mayor riesgo de sufrir un ACV?
La incidencia en el país es de unos 120.000 casos anuales, es decir dos estadios Mario Alberto Kempes llenos, y un 30% de ellos van a fallecer, los restantes van a quedar con discapacidad severa.
¿Cuáles son los síntomas a prestar atención?
Cuando uno tiene dolor intenso en el pecho en el lado izquierdo inmediatamente sabe que es un infarto, en cambio cuando se duerme la mano, la cara o una cefalea muy intensa, la deja pasar y ese tiempo que se pierde hace más complicado la posibilidad de recuperación.
Una frase clara es: “El tiempo es cerebro, a menor tiempo que se diagnostica, mejor recuperación y quizás mejora total de la enfermedad”.